En pleno siglo XXI, a pesar de encontrarnos en la indiscutible era de la investigación y el conocimiento, y de tener más acceso que nunca a cualquier tipo de información, es habitual encontrar con que la gente aún no entiende el vínculo entre el consumo de carne y el cambio climático. Sin embargo, es un hecho constatable que la producción desmedida de carne es el causa actual número uno del cambio climático a nivel mundial.
¿Qué produce más emisiones de gases causantes del efecto invernadero, criar vacas o conducir automóviles?
La respuesta podría dejarte petrificado, pero según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el sector ganadero genera más gases de efecto invernadero: 32.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) por año, un 18% más de CO2 que el que produce el sector del transporte. ¿Sorprendido?
La cría de vacas también es una de las principales causas del calentamiento del planeta, la degradación de las tierras, la contaminación atmosférica y del agua, y la pérdida de biodiversidad.
¿Cómo es posible que el excesivo consumo de carne
esté destruyendo el planeta?
La ganadería industrial contribuye al cambio climático de diferentes maneras, pues consume combustibles fósiles para producir carne y además, es fuente de grandes emisiones de gas metano. El metano es uno de los tres gases que se consideran responsables del calentamiento global, responsable de ser 23 veces más efectivo que el dióxido de carbono atrapando el calor en la atmósfera. Durante las dos décadas pasadas, la concentración de metano en la atmósfera se ha duplicado.
¿Pero es realmente tan alto nuestro consumo de carne?
La producción mundial de carne se ha cuadruplicado en los últimos 50 años y el número de cabezas de ganando es tres veces mayor que la población humana. En otras palabras, la población de ganado se está expandiendo a un ritmo mayor que la población humana.
Los polos se derriten. ¿Qué tiene que ver esto con comer carne?
Según el informe La sombra alargada de la ganadería-aspectos medioambientales y alternativas(FAO, 2006), el sector ganadero es responsable del 9% del
CO2 procedente de las actividades humanas, pero produce un porcentaje mucho más elevado de los gases de efecto invernadero más perjudiciales. El CO2 es inofensivo frente al cambio climático si lo comparamos con el óxido nitroso o el amoniaco.
La ganadería mundial genera el 65% del óxido nitroso de origen humano, que tiene 296 veces más potencial de calentamiento global que el CO2. La mayor parte de este gas procede del estiércol. La producción de carne industrial también es responsable del 37% de todo el metano producido por la actividad humana (23 veces más perjudicial que el CO2), que se origina en su mayor parte en el sistema digestivo de los rumiantes, y del 64% del amoniaco, que contribuye de forma significativa a la lluvia ácida.
La ganadería mundial genera el 65% del óxido nitroso de origen humano, que tiene 296 veces más potencial de calentamiento global que el CO2. La mayor parte de este gas procede del estiércol. La producción de carne industrial también es responsable del 37% de todo el metano producido por la actividad humana (23 veces más perjudicial que el CO2), que se origina en su mayor parte en el sistema digestivo de los rumiantes, y del 64% del amoniaco, que contribuye de forma significativa a la lluvia ácida.
¿Cómo afecta el consumo de carne a la tierra?
El informe de la FAO explica también que la ganadería utiliza hoy en día el 30% de la superficie terrestre del planeta. La tala de bosques para crear pastos es una de las principales causas de la deforestación, en especial en Latinoamérica, donde el 91% de los bosques que han desaparecido en el Amazonas se han talado para crear campos de cultivo suficientes para poder alimentar toda la carne de ganado que se demanda a nivel mundial. Una locura.
¿Qué efectos tiene sobre el agua?
La producción de ganado utiliza el 8% del agua de consumo humano principalmente a través del riego de los cultivos para alimentar a los animales. Se estima que para producir 1 kg de carne de vacuno intensivo son necesarios 20.000 litros de agua. La ganadería intensiva es, además, la mayor fuente de contaminación del agua (10 veces más a la contaminación del agua en comparación con la contaminación del hombre y 3 veces más que la contaminación de la industria del aceite, carbón, acero y manufacturas combinada) contribuyendo así a la eutrofización y degradación de ríos y litorales. Las fuentes de contaminación proceden de las heces, residuos de los piensos (antibióticos, metales pesados), hormonas, así como de los pesticidas y fertilizantes utilizados en los monocultivos de grano para pienso. Además, el sobrepastoreo afecta al ciclo del agua, e impide que se renueven los recursos hídricos tanto de superficie como subterráneos.
¿Cómo se ve afectada la biodiversidad?
El número de animales producidos para consumo humano también representa un peligro para la biodiversidad de la Tierra. El ganado constituye un 20% del total de la biomasa animal terrestre, y la superficie que ocupa hoy en día antes era hábitat de especies silvestres. En 306 de las 825 ecorregiones clasificadas por WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), el ganado se considera actualmente una «amenaza», y 23 de las 35 «zonas mundiales de gran concentración de la biodiversidad» de la lista de Conservation International resienten los efectos de la producción ganadera.
¿Es viable el consumo de carne como lo hacemos en la actualidad?
El estudio llevado a cabo por la FAO (United Nations Food and Agriculture Organisation), la USAID (US Agency for International Development) y el Banco Mundial concluyó que las granjas industriales «actúan directamente sobre la tierra, el agua, el aire y la biodiversidad a través de la emisión de d
esechos y contaminantes animales, el uso de combustibles fósiles y la sustitución de las fuentes genéticas animales. Además, esto afecta a la distribución global de la tierra, al repercutir sobre la tierra cultivable para satisfacer las necesidades de alimento concentrado para el ganado. Las emisiones de amoníaco procedentes del almacenamiento de los residuos localiza la acidificación de la tierra y la contaminación local de aguas y tierras».
Nuestra alimentación está basada en productos de origen animal y sabemos que su repercusión medioambiental es muy alta. Un kilo de carne es muy poco eficiente energéticamente, y mucho menos sostenible que un kilo de verduras. En pocas palabras, el consumo de carne en los ritmos actuales no es sostenible.
Tomando conciencia… Algunas cifras esclarecedoras.
- Producir 1kg de proteína a partir de ternera es mucho más costoso que obtenerlo a partir de legumbres. Concretamente requiere: 18 veces más superficie de tierra, 10 veces más agua y 9 veces más combustible.
- Una granja con 2500 vacas produce diariamente la misma cantidad de basura que una ciudad de 411000 personas.
- Una dieta basada en carne requiere 18 veces más tierra que una dieta vegetariana.
Mirando hacia el futuro. ¿Cuáles son las posibles soluciones?
La Huella Ecológica global ha aumentado más de un 50% desde 1966, especialmente debido a la huella del carbono, que ha aumentado 11 veces desde 1961. La Huella Ecológica es el área requerida por la gente para proporcionar los recursos que utiliza, para infraestructuras y para absorber el CO2 emitido. Si se continúa con la actual gestión tradicional, la humanidad necesitaría 2 planetas en 2030 y casi 3 en 2050 para satisfacer sus demandas.
Teniendo en cuenta estos datos, es evidente que necesitamos tomar medidas urgentes e inmediatas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y como hemos visto, la producción desmedida de carne es el principal causante del cambio climático a nivel mundial.
El informe de la FAO recomienda una serie de medidas para mitigar los peligros que plantea el ganado para el medio ambiente pero todos parecen muy lejanos para los ciudadanos comunes y corrientes, que la mayoría de las veces estamos al margen de las decisiones políticas. Sin embargo, a nivel de consumo, hay algo que sin duda podemos hacer para frenar estos daños: comer menos carne y sustituir progresivamente las proteínas de origen animal por las de origen vegetal. Además de ser mucho mejor para la salud (como recordaba hace poco la OMS en el informe sobre carne roja y cáncer) y para la justicia global, si España apostara de nuevo por la dieta mediterránea, las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de alimentos bajarían más de un 70%. Mientras tanto, las emisiones de CO2 de las personas vegetarianas son un 50% menores que las de quienes consumen carne a diario y las de las veganas, más de un 60%. Normal: para producir un kilo de ternera se emiten 27 kg de CO2-eq y para el mismo peso de lentejas solo 1 kg (sin hablar de la tremenda diferencia en consumo de agua, tierra e impacto en la biodiversidad).
Una iniciativa muy conocida que está ganando cada vez más adeptos son los Lunes sin carne (Meat Free Mondays) una campaña internacional que alienta a las personas a no comer carne los lunes para mejorar su salud y ayudar al planeta. Bajo el lema “Si quieres cambiar el mundo, empieza por tu plato”, se ha convertido en una forma de tomar acción asequible y al alcance de todos.
¿Te animas a sumarte a esta campaña sin ánimo de lucro? Puede que sólo suponga un pequeño cambio en tu estilo de vida, pero sin duda con grandes repercusiones que beneficiarán a tu planeta.
(http://www.lunessincarne.net/)
¿Te animas a sumarte a esta campaña sin ánimo de lucro? Puede que sólo suponga un pequeño cambio en tu estilo de vida, pero sin duda con grandes repercusiones que beneficiarán a tu planeta.
(http://www.lunessincarne.net/)
En conclusión…
Si quieres impactar menos al planeta, reduce la cantidad de carne que comes.
Por supuesto es importante no olvidar los otros pilares para no impactar al medio ambiente con la comida:
Por supuesto es importante no olvidar los otros pilares para no impactar al medio ambiente con la comida:
- Comprar local y de temporada
- Comprar reduciendo los envases
- No tirar comida