Golosinas veganas. Un dulce sabor no puede venir del dolor
Estamos siempre pensando en la comida vegana, lo saludable y ética que es para nuestra conciencia y para nuestra salud. Verduras y frutas en una elaborada cocina cada vez más sabrosa y variada que hace olvidar los mitos que tenemos los veganos en cuanto a nuestra dieta. Y esa tendencia va en aumento y prácticamente esta incorporada a nuestra vida cotidiana, en nuestra casa, con los mayores y con los niños.
Pero algo se nos estaba escapando, algo tan sencillo como las golosinas que nos han pirrado siempre y con las que celebramos cumpleaños, premiamos a los pequeños (y no tan pequeños) y nos damos un homenaje de vez en cuando.
“Las chuches están hechas de azúcar, colorante y alguna otra cosa para darle consistencia…”. Seguro que esta frase la hemos escuchado más de una vez cuando preguntamos: ¿De dónde vienen las chuches? ¿Cómo se hacen? ¿Qué es eso de “alguna otra cosa”?
Pues ATENCIÓN chucheadictos y chuchedependientes… ¡Oh sorpresa! Esas atrayentes chuches, los ositos blanditos, las piruletas con forma de corazón, las moras, las nubes… la golosinas que se compran en esas tiendas llenas de colores y cubetas con muchos dulces que atrapan y hacen babear… en la mayoría de los casos llevan ingredientes de origen animal. Penoso ¿verdad? Un dulce sabor a partir de un gran dolor no tiene por qué ser así.
Las golosinas tradicionales están hechas de gelatina, azúcar refinado, jarabe de glucosa, colorantes y saborizantes, más o menos. Excepto la gelatina, los otros ingredientes podemos soportarlos aunque no sean muy saludables. Pero… ¿de dónde viene esa gelatina? Pues ni más ni menos que de procesar el colágeno que existe en tejidos de animales, es decir, de restos que salen de los mataderos como cartílagos, piel, huesos, cuernos, pezuñas… Ya no te sabe tan dulce todo ¿verdad?
Hay un vídeo realizado por la televisión pública belga VRT que emitieron hace dos años en el que se ve el proceso hacia atrás de la elaboración de dulces que contienen gelatina, como las gominolas, y su procedencia. Se titula en castellano “Gelatina”. Lo entenderéis entonces.
Sin embargo, después de ahogar la primera arcada, vemos que hay una puerta ética que se abre para nosotros y para ellos también, y poder seguir disfrutando de caramelos rellenos, gomas de mascar, chicles, gominolas, lenguas, melones…
La gelatina animal se sustituye por pectina, una fibra natural vegetal, soluble en agua y que al unirse con el azúcar forman un gel que hace consistentes y densos muchos alimentos. Otra opción es el uso de agar-agar que proviene de extracto de diferentes algas con el mismo resultado gelificante.
El sector de las golosinas mueve millones de euros, pero el consumidor es el que empieza a decidir y si aumenta la demanda de opciones veganas se puede modificar todo. A este cambio se están uniendo bastantes empresas fabricantes que de momento van incluyendo en sus productos algunas opciones veganas. Un ejemplo lo tenemos en la cantidad de productos que pueden ofrecerse de forma online en tiendas veganas.
Aunque queda mucho por hacer, es otro paso para conseguir que se deje de utilizar cualquier tipo de ingrediente de origen animal en nuestras deliciosas gominolas, chuches y todas esas guarrindongadas que tanto nos gustan.
Porque intentamos que la vida nos deje, de vez en cuando, un buen sabor de boca sin que nadie tenga que morir por ello.