Recuerdo a los animales no humanos utilizados en experimentos espaciales
El 12 de abril se celebra el Día Internacional de los vuelos espaciales tripulados.
¿Quién recuerda en ese día a aquellos que fueron y son obligados a ir en esos vuelos?
En el afán de colonizar otros territorios, el humano lleva a cabo, desde el inicio de la década de los 50, programas de exploración del espacio. Desde entonces hasta ahora se realizan experimentos espaciales con animales y parece que pocos cambios vamos a tener. No nos podemos imaginar cuántos animales han pasado por infinidad de crueles pruebas para preparar los viajes del hombre al espacio.
Por esta razón, quisiéramos dar voz y recordar a aquellos animales no humanos que fueron sometidos a estos experimentos. No han sido “héroes” como nos lo han vendido. Esto solo ha servido para tapar las torturas a las que fueron sometidos.
En primer lugar se utilizaron moscas de la fruta en 1946. Dos años después, el mono Albert I fue lanzado al espacio y murió asfixiado en el vuelo. No contentos con eso, lanzaron en el 49 desde Estados Unidos a Albert II, quien posiblemente murió en la colisión por un fallo en la apertura del paracaídas si no estaba muerto antes. Estos animales viajaban completamente atados, sin poder moverse y semi anestasiados según dicen los expertos. Si era una justificación, no cuela.
Los ratones fueron los más utilizados desde mediados de los 50. En 1951 se realizó el primer vuelo “biológico” soviético utilizando a los perros “Tsygan” y “Dezik”. En total seis misiones con nueve perros sobreviviendo menos de la mitad. Igualmente “Ryzhata” y “Dzhoyna” en 1957 «viajaron» en un cohete R-2A.
El 3 de noviembre de 1957, la perra Laika fue el primer animal que entró en órbita espacial en el Sputnik II de la URSS . Debido a estar sometida a un gran estrés y a altas temperaturas, murió a las pocas horas. Su recuperación «nunca estuvo prevista”.
Durante esos años, la URSS sometía a las perras “Belka” y “Strelka” a crueles torturas de alimentación y cautividad creyendo que aguantarían mejor las condiciones de las naves. Nos duele imaginar cuántos animales fueron enviados antes que ellas para conseguir datos. Cuánto terror y sufrimiento experimentados por estos “invisibles”.
Una ardilla a la que llamaron “Gordo” salió lanzada en un misil balístico desde Cabo Cañaveral en 1958 y estuvo sometida a unas condiciones aterradoras. También usaron a los monos “Albe” y “Baker” en 1959. Mientras tanto, las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos mandaron capturar más de un centenar de chimpancés en África para su programa espacial. Al parecer esto se sigue haciendo en la actualidad para otros experimentos. Ninguno de los 65 chimpancés sobrevivió a las pruebas.
En 1961 la NASA catapultó a decenas de monos y, los que no sirvieron, los vendieron a laboratorios para experimentación. Ese mismo año, Francia lanzó ratas al espacio y en 1962 le tocó al “Gato Félix” con electrodos implantados en la cabeza. Ratones y monos fueron usados en Argentina, ratas y perros en China…
En la década de los 70 ranas toro, gusanos nematodos, peces, arañas, tortugas, estas con el triste récord de estancia animal en el espacio. Es más, en los 80 monos, huevos de insecto palo y un tritón. En los 90 monos y ranas. China utilizó conejillos de indias y ranas japonesas que viajaron a la Estación Mir junto con huevos de codorniz. Japón usó una salamandra y EEUU utilizó ratones, ratas, grillos, moscas, caracoles, carpas… en viajes del transbordador espacial.
¿Qué pasa ahora?
Ciertamente en este Siglo XXI se siguen utilizando animales en los vuelos. Gusanos de seda, arañas, abejorros, hormigas y peces viajaron en el Columbia en 2003. Cucarachas en vuelos privados, macacos usados en Irán sometidos a una gran tortura…
Probablemente, y debido a las presiones de una sociedad en contra, la Nasa, y otros programas espaciales, decidieron que… ¡Iban a dejar de usar primates! Pero mientras tanto siguen usando insectos, pequeñas aves y otros animales de “identidad desconocida”.
Finalmente, las protestas han sido contundentes dentro de la industria espacial como la del cosmonauta ruso Valentín Lebedv, quien afirma que los experimentos con monos “son inadmisibles por razones humanitarias”.
Se une a él el astronauta Umberto Guidoni, quien pide encontrar alternativas eficaces para evitar un sacrificio cruel.
La ingeniera aeroespacial April Evans, explica que “dimití de la NASA porque no podía sostener la justificación científica de estos experimentos en monos”. Los monos con los que trabajaba estaban sometidos a pruebas de radiación. Ahora, April apoya un proyecto para crear un tratado internacional que prohíba los experimentos con primates en torno a la exploración espacial. Este es su proyecto para oponerse a los experimentos espaciales de la NASA: https://www.savetheprimates.org/news/nasa-engineer-resigns-over-planned-primate-testing
Sin embargo, estos primeros pasos en contra de estas prácticas solo cubren a los primates. Entendemos que deben extenderse obligatoriamente a otras especies y evitar tanto dolor y sufrimiento innecesario.
Estar en la era de la Tecnología 4.0 con grandes avances tecnológicos, ofrece una alternativa perfecta al poder simular pruebas para la toma de datos científicos. De esta forma, el humano aplacaría su necesidad de conocer y explorar todo sin que sea a costa del sufrimiento de otros.