La ocasión perfecta para gastar dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos
Cada año el “viernes negro” dura más y más, y más… Tanto que llevamos desde finales de octubre con bombardeos de publicidad enfocada a comprar durante el mes de noviembre. Pero ¿cuándo llegó a nuestro país esta tradición y por qué?
Según la versión digital de El Plural, el Black Friday llegó a España en el año 2012, herencia de los Estados Unidos. Desde entonces, las ventas en este día (o semana, o mes…) se han incrementado año tras año. Pero ¿conocemos el origen de este día?
El Black Friday nace en el año 1966 en el estado de Filadelfia. Se refiere entonces al colapso que se experimentaba en este lugar el día posterior a Acción de Gracias en las calles y las carreteras, pues los ciudadanos tenían el día libre para hacer compras junto a su familia, según Muy Interesante.
Hasta aquí, todo bien. Es cierto que cada año más empresas se suman a esta moda, pero también son más las que se niegan a participar de este consumo carente de sentido, La Huella entre ellas y te cuento por qué:
- Las ofertas que podíamos hacer, ya las hemos hecho: 2 x 1, menús, regalos… Y es que nos esforzamos por mimar a nuestros clientes cada día del año.
- Nuestro margen, no nos permite hacer descuentos de tal envergadura: ya nos cuesta “sobrevivir” en un mundo plagado de multinacionales. ¿Su secreto? Entre otros, subir los precios los días previos para ofrecer chollos imposibles de rechazar.
- No apoyamos el consumo de productos que no necesitamos: ¿qué sentido tendría hacer eso? Luchamos por ser respetuosos con el planeta y sus habitantes con productos artesanales, ecológicos y de proximidad, por lo que rechazamos un consumo inconsciente.
Ya hay empresas que, en lugar de tirar la casa por la ventana este día, deciden cerrar y dar la espalda a este movimiento, tan letal para las PYMES.
No solo los comerciantes nos rebelamos en contra del Black Friday; Greenpeace, la conocida ONG internacional, denomina este como el “Día Negro para el Planeta”,
Hay más de una decena de eventos a lo largo del año que fomentan el consumo excesivo de artículos que no necesitamos y que tienen un gran impacto (que no nos muestran) en el planeta: deforestación, pérdida de biodiversidad, contaminación del aire y del suelo, extracción de materias primas y alteración del suelo, y disminución de la cantidad y calidad del agua. El consumismo es la combinación de factores perfecta para acelerar aún más la crisis climática actual y la pérdida de biodiversidad”.
En resumen: si quieres cuidar del planeta y de sus habitantes, compra solo las cosas que realmente necesites. Reparemos, reutilicemos y no olvidemos que no hay un Planeta B.